Ésta se refiere a la tendencia de usar estilos y colores que evocan lo natural. Pero va más allá y se refiere también a la tendencia de usar materiales naturales de manera respetuosa con las personas y la naturaleza.
Es una decoración ecológica para lograr casas sanas que favorecen el sentirse bien, y libre de sustancias nocivas.
Además de ser estéticos, este tipo de materiales son fáciles de reciclar o reutilizar, pero sobretodo dan un toque cálido y fresco a tu ambiente.
Este es el caso de las lámparas Jelly Fish que están hechas a base de jícaras y guajes. Un fruto que nace en árboles de la región de Quintana Roo en la Península de Yucatán, México.
Estos frutos deben llevar un tratamiento especial, conocido por los mayas desde cientos de años atrás. Una vez que se ha realizado ese tratamiento, ya es posible trabajar la pieza. Que toma un dureza tan fuerte como un trozo de madera.
El proceso de preparación de las jícaras es a base de una cocción con agua y cal, o se pone a ahumar. Normalmente ponen como una red encima de su horno de leña y ahí las suben y se van ahumando poco a poco para que tomen la dureza y color que les caracteriza.
Jelly Fish, se inspira de diseños relacionados con la cultura maya para crear lámparas con formas que se reflejan en la pared. Además se integran piezas de vidrio en colores para dar una luz agradable y relajante.
El diseño y lo natural de sus materiales, hacen de las lámparas de Jelly Fish una opción ideal para decorar cualquier ambiente de la casa, oficina o negocio.
Es importante agregar que para Jelly Fish es importante el respeto no solo a la naturaleza sino a la cultura maya. Es por eso que solamente se trabaja con mano de obra local y se compran materiales a proveedores mayas que respetan las formas de obtener estas piezas de la naturaleza.